Las hermanas Koplowitz, Alicia y Esther, siempre han intentado llevar una vida discreta alejada de los focos y refugiadas en sus lujosas mansiones. Esther, la mayor de las hermanas, tiene una casa de unos 900 metros cuadrados y otra que supera los 400 en una pequeña localidad cercana a Madrid. Equipo de Investigación charla con algunos de sus antiguos empleados.
"Antes de terminar el mes ya había cobrado", asegura uno de los exempleados, quien destaca que la vivienda es "un búnker" en el que hay trece cuartos de baño. "Aunque viviéramos varías vidas no tendríamos 'cuartos' para pagarlo", puntualiza el hombre, como puede observarse en el vídeo situado sobre estas líneas.
"Me emociono de no poder estar con ella... No es un dicho, conmigo se ha portado... bueno, con todo el mundo", relata otra antigua trabajadora, entre lágrimas, al referirse a Esther. La mujer recuerda que enfermó y la propia Koplowitz la llevó a Pamplona en dos ocasiones.
El banco estaba cerrado
El misterioso comportamiento de Antonio y Ana María horas antes de su desaparición: se reunieron a escondidas con el subdirector del banco donde tenían sus ahorros
Rogelio, el subdirector del banco en el que tenían todos sus ahorros, les atiende cuando la sucursal ya está cerrada. Están reunidos 21 minutos antes de que el matrimonio desaparezca. Estas imágenes evidencian que Rogelio es la última persona que los ve con vida.