Este lunes, el Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 34 años de cárcel para la pareja que secuestró, asesinó y robó a un empresario vasco en septiembre de 2019, en el conocido como 'crimen del Badoo'. Fue a través de esta app de citas donde se conocieron Angeline y José Antonio, la víctima, que viajó desde Getxo para encontrarse con la mujer en una cita falsa.

Su desaparición fue denunciada el 6 de septiembre y su cadáver fue hallado en la localidad zaragozana de Pedrola. En Equipo de Investigación, indagaron en el origen de esta pareja. En un programa emitido en febrero de 2020, que recordamos en el vídeo que acompaña a estas líneas, explican quiénes son Mohammed Achraf y Angeline.

La Guardia Civil ya tenía pruebas de que detrás de la desaparición del informático de Getxo había una organización criminal que seguía a rajatabla un mismo 'modus operandi': usaban la red social Badoo para contactar con las víctimas. Siempre eran hombres de mediana edad y el móvil de sus asaltos era económico. Además, utilizaban una extrema violencia para conseguir su propósito.

En las redes sociales, los agentes vieron que Mohammed posaba en actitud cariñosa con la joven que contactaba con las víctimas. No es ni Dulce Ángel, ni Daniela, ni Bella. Su nombre real es Angeline. Ella misma publicó la imagen que se puede ver en el vídeo para celebrar su primer mes de relación con el marroquí. Los investigadores se fijan en uno de los comentarios de la foto. Es de José Antonio felicitando a la pareja, el tercer miembro de 'la banda del Badoo'.

Los detalles del crimen

Según declara probado la sentencia del 'crimen del Badoo', Angeline contactó por Badoo con la víctima y le emplazó a una cita el 6 de septiembre de 2019 en Zaragoza, donde ella vivía con su pareja. Tras acudir el hombre a la cita y una vez que la mujer se ganó su confianza fue abordado de formas sorpresiva, reducido e inmovilizado con bridas.

Los condenados se apoderaron de sus pertenencias, le golpearon salvajemente y le intimidaron para conseguir las claves de sus tarjetas bancarias, procediendo entre los días 7 y 11 de septiembre a realizar seis extracciones de dinero.

Así, el hombre estuvo retenido, sujeto con bridas y sin poder defenderse desde el 6 de septiembre, recibiendo golpes en la cabeza y en el tórax con un objeto contundente hasta que el día 8 le desnudaron y le enterraron cuando aún estaba vivo pero en un más que probable estado límite de agonía, falleciendo en la fosa en la que le dejaron.