La protesta de agricultores sigue creciendo, pero El Gran Wyoming señala que en todo este asunto se mezclan muchos ingredientes. Este afirma que los agricultores tienen razón en muchas de sus reivindicaciones y expone que es lógico que les afecte "la pesada burocracia europea", así como también ve razonable que protesten por los productos queimportamos y que "no tienen que pasar por los controles comunitarios a los que sí se obliga en España".

El presentador indica que los agricultores también reclaman rebajar la aplicación de políticas medioambientales, pero aclara que "estas medidas no se hacen para asegurar la próxima cosecha sino para asegurar los próximos 40 años", por lo que comenta que "hay que adaptarse al cambio climático e intentar no acelerarlo".

Además, destaca que "a río revuelto, ganancia de la ultraderecha", ya que explica que los sectores más ultras están "capitalizando las protestas y ahí es cuando todo termina de mezclarse". De manera que a las reivindicaciones lógicas, se le suma "el negacionismo climático, el rechazo a la ley del bienestar animal, la Agenda 2030, las feminazis, el Gobierno bilduetarra, George Soros y el lobby gay que está adoctrinando a los niños catalanes", dice.

Cosas que, según expresa, "poco o nada tienen que ver con el sector agrícola", y apunta que la ultraderecha es "como el aceite, un producto muy español pero una vez que toca algo lo mancha todo". "Las protestas del campo son un asunto complejo y lleno de matices y ruido", subraya.