Tras entregarle sus ya clásicas "notas emocionales" a Alaska, Albert Espinosa se despide al final de El camino a casa, pero, por primera vez en la historia del programa, las cámaras no se apagan tras su partida ni dejan sola a la invitada repleta de recuerdos. En esta ocasión, América, Puri y Olvido siguen de cháchara, y nosotros no perdemos detalle de lo que dicen.

Cuando el presentador abandona la casa de la madre de la artista, comienzan a ponerse al día. Después de los típicos "tú cómo estás" llega el momento de los recuerdos y las anécdotas, y Puri es una caja de sorpresas. La amiga de la cantante, que se convirtió en íntima tras apagar un fuego juntas, tiene historias para dar y tomar. Desde cuando insultaban a los grises hasta la noche en la que la niña no llegó hasta las 4 a.m y su madre y ella estaban a punto de llamar a la policía.

Puri también confiesa con mucha gracia su nerviosismo por la grabación de este momento. "He estado dos días sin dormir. Te lo juro por Dios. Estaba nerviosísima. Dos días sin dormir. Lo que no me han hecho los hombres ni los novios. Os lo juro, no he dejado yo de dormir por nadie, nada más que por este ratito"

Eso sí, parece que el sueño se le va a volver a ir pronto, pero esta vez, no por los nervios, sino por el cámara de El camino a casa al que ella no le quita el ojo de encima. Él sí que está "bastante bien de salud", cree Puri. "Sí que es mono, sí", responde a Alaska cuando ella le pica.