El 31 de octubre de 2012, la noche de Halloween, en el recinto municipal del Madrid Arena se celebra una macrofiesta. La estrella era Steve Aoki, un DJ de fama mundial conocido por pinchar música electrónica. Había miles de jóvenes que habían salido esa noche a pasarlo bien.
Durante esa noche, cuando son las 3:55 horas del 1 de octubre, 20 minutos después de la avalancha mortal, las llamadas al Samur no pararon de sucederse. En este vídeo puedes escuchar cómo un grupo de jóvenes intenta sacar a una chica del recinto para que sea atendida. "Hay una chica que ha perdido el conocimiento en el Madrid Arena", destaca una joven al Samur, que le contesta: "Muy bien. tendréis que sacarla como podáis porque ahí no podemos entrar".
Más Noticias
- ¿Es posible mantener un mínimo de privacidad en Internet? Estas son las recomendaciones de una experta en IA
- La reflexión de Alán Barroso sobre las declaraciones de Ábalos: "A mí no me convence"
- El vídeo 'fake' en el que aparece Aitana cantando el 'Cara al sol' con el que intentan expandir una fascinación por el franquismo
- Conspiranoicos analiza cómo intentan idealizar el franquismo entre los jóvenes: "En Alemania, esto no podría ocurrir con Hitler"
- El pronóstico de Cuartango sobre el órdago de Puigdemont a Sánchez: "No habrá cuestión de confianza"
"¿No podéis entrar a la Casa de Campo? ¡Se está muriendo!", alerta la joven muy preocupada al Samur, que responde: "Sí, se está muriendo ya... Tenéis que sacarla hacia el Paseo de Extremadura". "¡Hay que sacarla hacia el Paseo de Extremadura, que viene el Samur a por ella!", se escucha gritar a la joven al resto de personas que están con ella. En esa fatídica noche y, tras una cadena de errores en la seguridad del recinto, cinco chicas perdieron la vida tras quedar aplastadas y asfixiadas en la avalancha.
Un mal susto
Ramoncín fue acusado de sustraer 57.000 euros en facturas falsas de la SGAE: "Me pidieron cuatro años y medio de cárcel"
"La SGAE decía que no le había quitado dinero", recuerda Ramoncín, quien tenía miedo porque pensaba: "¿Y si me condenan? ¿Y si el Tribunal no entiende o yo me expreso mal o los abogados lo hacen mal?". Estaba en juego una condena de cuatro años y medio.