Erin Roberts, una joven de Liverpool de 25 años, fallecía a principios de abril después de pasar cuatro meses luchando contra un cáncer cerebral. Días antes de morir, pidió a sus familiares y amigos que acudieran a su funeral disfrazados con trajes de cómic.

De este modo, tal y como recoge el diario local Liverpool Echo, las calles de la ciudad británica se convirtieron en una especie de cabalgata cuando llegó el día de despedirla. Más de 200 personas acudieron a la cita enfundados en su disfraz para cumplir así el deseo de Roberts.

IronMan, Catwoman, Superman... y un sinfín de disfraces de Marvel recorrieron la ciudad hasta llegar a la iglesia de St Oswald's. Su padre era el único que iba de Darth Vader, como ella había pedido en varias ocasiones.