Los turistas que visitan el pantano de Sau en Barcelona caminan por un desierto. Son testigos de la desolación porque está totalmente agrietado y cuarteado por la falta de agua. Quienes lo recorren se quedan impresionados al ver el terreno tan seco.

"Es curioso ver lo que durante años ha estado bajo el agua. No sabía que aquí había un cementerio", explica una turista. Este pantano es uno de los que se está quedando seco con motivo de la extrema sequía que afecta a nuestro país. Se encuentra en los niveles más bajos de su historia, apenas está al 6% de su capacidad. Una situación que se repite en las cuencas internas catalanas que se encuentran en torno al 25%. Lugares como el pantano de Sau se han convertido en un reclamo para el turismo de sequía. Muchos lo visitan atraídos por las ruinas que han quedado al descubierto.

"Veníamos por la carretera y al pararnos en un mirador hemos visto todo totalmente seco, es impresionante", cuenta una turista. Con tan poca agua ahora han quedado al descubierto laiglesia románica y el antiguo pueblo de San Román de Sao. Hasta hace poco tiempo todo estaba sumergido, de hecho, en mayo de 2022 parte la iglesia estaba bajo el agua. Así lo cuentan algunos viajeros, que aseguran han llegado a ver la cúpula casi cubierta y a deportistas haciendo kayak.

Las visitas al pantano son constantes, tanto es así que la Diputación de Barcelona se ha visto obligada a controlar el acceso de vehículos.

Esta situación se repite en otros muchos embalses de nuestro país como el de Tentudía, en Badajoz. Los vecinos aseguran que durante los fines de semana o los puentes este pantano se llena de gente. Está al 15,4% de su capacidad y con tan poca agua se puede ver una carretera que antes estaba sumergida. También han salido a la luz otros restos arqueológicos.

El turismo de sequía está de moda, principalmente porque son muchos turistas los que se sienten atraídos por visitar lugares que en otro momento hubiera sido imposible.