Una madre embarazada de 39 semanas muerió aplastada por el vehículo en el que viajaba como copiloto. El camión, que trasportaba tablones de madera, perdió el control, volcó.
Cuando volcó el camión, que circulaba por una autopista del sureste de Brasil, la mujer salió disparada y los tablones de madera cayeron encima de ella. El impacto fue tan grande que la barriga de la embarazada se abrió por la mitad y expulsó a la bebé.
Los agentes sanitarios y la policía acudieron al lugar de los hechos en busca de la víctima mortal pero escucharon los llantos de un bebé. Tras varios minutos averiguando de donde provenían dicho ruidos, vieron a un bebé a varios metros de la carretera. La niña estaba en perfecto estado, sin un rasguño, el accidente había cortado su cordón umbilical.
El conductor del camión, Jonathan Ferreira, ha sido dado de alta y está acusado de homicidio involuntario. Defiende que no conocía a la mujer embarazada y que únicamente la transportaba.
Ahora están tratando de identificar a la madre, que fue encontrada sin documentos, aunque han hecho un llamamiento a los familiares para que se presentaran.
Han decidido llamar a la recién nacida Giovanna ('protegida de Dios') y si no dan con ningún familiar será enviada a un orfanato y puesta en adopción.