Este martes hemos conocido las seis claves que llevaron a la detención -este lunes en Miami- del exmarido de Ana María, la mujer estadounidense que desapareció el 2 de febrero en Madrid.
La primera prueba que le apunta es la cámara de seguridad del piso de Ana María. La noche en la que desapareció alguien las pintó con un spray negro, pero momentos antes de quitar la visibilidad, esas cámaras captaron un detalle esencial, que es la segunda clave en el caso: la persona que pintó la cámara tenía un pequeño tatuaje en la muñeca, el mismo que tiene David, el detenido.
La tercera clave apunta a que hay registros que prueban que el detenido alquiló en Serbia, su país natal, un Peugeot 308. Lo hizo el 30 de enero de este año, solo tres días antes de la desaparición de Ana María. Además, entre el día 30 de enero y el día 4 de febrero las cámaras de seguridad de diferentes peajes de España captaron ese vehículo circulando por distintas autovías del país.
Esto nos lleva a la carta clave, y es que cuando David deja ese coche de alquiler, el dueño de la empresa denuncia que lo devuelve con los cristales tintados y sin matrícula. Sin ir más lejos, la misma noche que desaparece Ana María se denunciaron dos robos de matriculas en Madrid en la misma calle donde residía la mujer.
La quinta prueba es que esas matrículas robadas son las mismas que captaron diferentes peajes españoles y europeos en ese Peugeot que había alquilado el detenido. Los registros lo sitúan hasta que llega a Serbia.
Y, por último, dos mensajes protagonizan la sexta clave. Dos amigas de Ana María recibieron dos mensajes idénticos en diferentes idiomas al día siguiente de desaparecer. Ellas consideran que Ana María jamás hubiera escrito de esa manera y que alguien se hizo pasar por ella.
De hecho, la policía ha descubierto que David pidió a un amigo que le tradujese ese mismo mensaje al castellano y al inglés. Los mensajes, ya traducidos - y exactamente el mismo que envió a las amigas de Ana María-, los han encontrado en el teléfono móvil de la expareja.
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