El cementerio situado en un parque, con las Cuatro Torres de Madrid al fondo, simboliza "cómo sería el paisajede una ciudad si perdiese a tantos niños por culpa de una guerra", repleta de lápidas con los nombres de los pequeños que han perdido la vida, como Bayan, una niña de ocho años que iba a una escuela de Save the Children en Alepo y que murió en un ataque aéreo sobre de su casa.
Vídeo: Un cementerio infinito en Madrid para denunciar la atrocidad de la muerte de 16.000 niños en Siriahttps://t.co/qwA99NpBkZpic.twitter.com/H6Fz8aqD63
— Save the Children Es (@SaveChildrenEs) 12 de marzo de 2017
"Seis años de guerra en Siria han creado una de las mayores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial. Casi cinco millones de personas, muchos de ellos niños, están atrapadas en áreas de difícil acceso para las agencias humanitarias, expuestos al peligro de morir en cualquier momento", ha alertado David del Campo, director de cooperación internacional y ayuda humanitaria de Save the Children. En el acto ha participado una familia siria que llegó a España huyendo en la guerra en el año 2.013.
Los pequeños Omar y Nazir, de cuatro y dos años, nacieron ya en nuestro país y forman parte de la generación de hijos de refugiados sirios nacidos en Europa. Su madre, Aza, dejó a sus padres y hermanos en Damasco para venir a España junto a su marido embarazada de su primer hijo. En el acto les ha acompañado Wafaa, tía de los pequeños, que llegó a nuestro país con ellos.
"Vivir durante seis años sin saber si mañana será tu último día se cobra un peaje psicológico enorme. Al menos tres millones de niños sirios menores de seis años solo conocen la guerra y han crecido con miedo, bajo la sombra del conflicto. Estos niños son la generación que tendrá que reconstruir un país en ruinas, pero su futuro y el del propio país están en la cuerda floja. El desafío no podría ser mayor", añade del Campo.
Save the Children, además de un alto el fuego inmediato y un acuerdo por el fin de la violencia, exige en este sexto aniversario de la guerra, que todas las partes dejen de usar armas explosivas contra la población civil y dejen de atacar infraestructuras civiles, como colegios y hospitales, así como el fin de los asedios y, a la Unión Europea, que lidere una respuesta centrada en la protección de la infancia siria tanto dentro como fuera de su país.