Hace una semana saltaba la noticia de que el Zoológico de Rafah, en la franja de Gaza, había mutilado las garras a una leona de pocos meses para que pudiera jugar con los visitantes.

No obstante, el caso de cuatro crías recién nacidas de león congeladas hasta morir hizo que el centro estuviera en el punto de mira de los animalistas desde el pasado mes de enero.

Tal fue el escándalo que la ONG Four Paws International ha decidido intervenir y evacuar a los animales tras destapar más casos de maltrato y las condiciones infrahumanas en las que vivían sus especies.

Los cuarenta animales rescatados, entre ellos leones, avestruces, zorros, monos o pelícanos, han sido redirigidos a Jordania y África donde serán reubicados en diversos centros animales. Antes del traslado los veterinarios trataron, dieron de comer y curaron a muchos de ellos que presentaban heridas o malnutrición.

Este zoológico es el último que quedaba abierto hasta ahora tras el cierre del de Khan Younis y Al Bisan. Al estar en territorio peligroso han sido víctimas de ataques donde muchos de sus animales murieron. Los supervivientes se han tenido que enfrentar a la desnutrición y a diversas enfermedades sin acceso a medicinas.

Gracias a una petición en su página web, firmada por más de 150.000 personas, las autoridades locales han procedido a su clausura.