El trabajo, el colegio, el centro de salud... todo a un cuarto de hora. Es la regla de oro que, según los expertos, garantiza tener calidad de vida: vivir a 15 minutos de todo. En Pontevedra apostaron por ello hace 20 años y no fue fácil. Peatonalizaron el centro y quitaron los coches. Costó que se entendiera el proyecto, pero hoy son todo un ejemplo de movilidad sostenible.

"Se pasó de ser una ciudad gris, con mucha contaminación de coches a ser una de las ciudades más atractivas", explica Eva Villaverde, concejala de Seguridad en Pontevedra. Y es que 20 años después de que el cambio surgiera, en Pontevedra, las únicas ruedas que se ven en el centro son ls de las bicicletas o los carritos de bebés. El tráfico se ha reducido un 85%.

La primera gran consecuencia positiva es que desde el año 2011 no se ha registrado ningún fallecido en el centro de la ciudad relacionado con accidentes de tráfico. Y es que el peatón es el que marca el ritmo.

Los coches no están prohibidos y pueden aparcar, pero un máximo de 15 minutos. Y el máximo de velocidad permitida es 10 km/h.

Los ciudadanos coinciden en que han ganado en calidad de vida. En la ciudad todo queda a 15 minutos de distancia. De hecho, han creado un mapa, el metrominuto, en el que se puede calcular el tiempo que se tarda andando de un sitio a otro.

Ana Montalbán, coordinadora de Ciudades que caminan explica que "todas las calles son de convivencia, el coche sabe que es un invitado. Las personas se han empoderado y ocupan el centro de la calle".

Desde la pandemia parece que han cambiado los valores y ahora buscamos ciudades como Pontevedra, más seguras y donde primen el bienestar y la salud.