Es el fenómeno de creación más reciente que nos deja la erupción del volcán de La Palma. Se llaman tubos volcánicos y los técnicos han localizado al menos uno en la colada principal. Se trata de una buena noticia dentro de toda la tragedia que asola la isla, ya que estos conductos hacen que la lava fluya por una especie de tobogán cerrado, sin peligro de que se salga del cauce y amplíe la destrucción.

Pero, ¿qué son? ¿cómo se forman?. Se trata de una estructura típica en los procesos volcánicos que se forma cuando la lava que discurre por un terreno entra en contacto con el aire frío de la superficie. Su capa superior comienza a perder temperatura y se solidifica, creando una especia de costra aislante.

Esa nueva capa solidificada genera algo parecido a un tubo que permite que la lava incandescente, más viscosa, siga discurriendo sin perder las altas temperaturas.

Para que se pueda crear un tubo volcánico es preciso un magma muy caliente y con poca viscosidad y, sobre todo, una tasa eruptiva de magma muy alta, de muchos metros cúbicos de magma emitido por segundo. Precisamente condiciones que se han dado en la erupción volcánica de La Palma.

Su estructura puede ser de simples tubos lineales o en forma de redes complejas de cavidades interconectadas, con diferentes niveles y a lo largo de superficies que pueden abarcar desde unos centímetros hasta varios metros.

Los expertos han localizado al menos un tubo volcánico de gran longitud en la zona media de la colada principal, antes de la montaña de Todoque.

Estos tipos de tubos siguen existiendo una vez que termina la erupción, cuando ya sin lava, su aspecto es muy similar al de unas cuevas. Un ejemplo son las que existen en Canarias. Y otro ejemplo son los Jameos del Agua de Lanzarote. Son trozos de tubo lávico a los que se les ha desprendido un trozo de techo.