Aún no ha comenzado de forma oficial el verano (21 de junio), pero hoy y mañana estaremos en niveles extremadamente altos de radiación ultravioleta. Y es que no sólo en los días de un calor intenso corremos el riesgo de quemarnos. Es más, el índice ultravioleta no tiene nada que ver con la temperatura: hoy el sol es igual de perjudicial que un 4 de julio.

En la imagen bajo estas líneas se puede comprobar.

Las medidas de protección según el nivel de UV

¿Cómo se explica? A lo largo del año la radiación UV se muestra como una curva que va de enero a diciembre. Es en los meses centrales, concretamente el 21 de junio, cuando la curva llega a su máximo. Esto significa que si analizamos los niveles, la radiación solar incide de la misma forma sobre nuestra piel diez días antes de esa fecha y diez días después. Es igualmente dañina la radiación de un 7 de junio que la de un 5 de julio.

¿La diferencia? Nuestras cabezas en junio no están pensando en los efectos del sol. En cambio, a principios de julio, ya metidos en verano, somos más conscientes del daño que puede sufrir nuestra piel. Y eso es peligroso.

En la escala, el nivel 11 es el más extremo, y algunas provincias lo van a superar de manera inminente. Hoy el mapa muestra 10 provincias, más las Islas Canarias, recibiendo radiación ultravioleta extrema. Pero mañana aún será peor, porque 12 provincias o ciudades autónomas se suman a la fiesta de la radiación.

También podemos caer en engaños si pensamos que por estar en una ciudad y no sentir el calor de la playa vamos a estar más seguros.

El índice ultravioleta depende de la altitud, de si hay o no nubes, de lo al sur que estemos y de su proximidad al solsticio de verano. Hoy, 8 de junio, estamos a 13 días de él.

¿Cómo afecta a mi salud?

La radiación ultravioleta puede provocar daños en el colágeno de la piel y por lo tanto un envejecimiento prematuro de la misma. También daños y mutaciones en el ADN y existen muchas evidencias de que aumenta considerablemente el riesgo de contraer un cáncer de piel. Igualmente puede provocar problemas serios en los ojos como cataratas.

La sensibilidad de la piel a la radiación ultravioleta depende del llamado fototipo, que mide la capacidad de la piel para absorber la radiación solar, es decir, su capacidad para producir melanina. El índice de protección que debe aplicarse para protegerse de la radiación solar debe estar en relación con la sensibilidad de la piel (personas pelirrojas o rubias son más sensibles que las morenas). El llamado Índice Ultravioleta (UVI) mide la intensidad de la radiación ultravioleta que alcanza la superficie terrestre en cada longitud de onda ponderada con su acción dañina sobre el hombre.

Estos son los niveles de radiación y sus riesgos:

Curva de índice UV máximo diario

Desmontamos falsos mitos

  • No, el bronceado no es saludable. El bronceado es una forma de defensa del organismo contra daños adicionales por la radiación UV.
  • No, el bronceado no te protege del sol. Un bronceado intenso en personas de piel clara sólo ofrece una protección escasa, equivalente a un FPS de alrededor de 4.
  • Sí, en días nubosos también te quemas. Hasta el 80% de la radiación UV solar puede atravesar una nubosidad poco densa. La neblina de la atmósfera puede incluso aumentar la exposición a la radiación UV.
  • Sí, en el agua también te quemas. El agua proporciona una protección mínima contra la radiación UV y los reflejos del agua pueden aumentar la exposición.
  • En invierno, la radiación UV también puede ser peligrosa. La radiación UV es generalmente menor durante los meses de invierno, pero la reflexión en la nieve puede duplicar la exposición total, especialmente a altitudes elevadas. Hay que ser particularmente precavido a comienzos de la primavera, cuando las temperaturas son bajas pero los rayos del sol son más fuertes de lo que se podría esperar.
  • ¿Las cremas protectoras permiten tomar el sol mucho más tiempo? Las cremas de protección solar no deben utilizarse para aumentar el tiempo de exposición al sol, sino para aumentar la protección cuando la exposición es inevitable. La protección que proporcionan depende en gran medida de si se aplican correctamente.
  • No importan los descansos. Si realizas descansos periódicos al tomar el sol también te puedes quemar. La exposición a la radiación UV se acumula a lo largo del día.
  • Aunque no sientas el calor de los rayos del sol te puedes quemar. Las quemaduras solares se deben a la exposición a rayos UV imperceptibles. El efecto térmico se debe a la radiación infrarroja del sol y no a la radiación UV.