El letrado, Javier Sánchez Vera, ha reaccionado así al
informe de un laboratorio de Valencia fechado el pasado mes de agosto y según
el cual el ADN masculino hallado en la vaina de una de las balas que mataron a
la víctima no pertenece al investigado, sino a otro hombre que no ha sido aún
identificado.
Ese estudio se suma al realizado meses atrás sobre otros
restos biológicos, también de varón, recogidos en la mano de María del Carmen
Martínez, que descarta igualmente su correspondencia con el perfil genético del
sospechoso.
Además, un tercer informe, que todavía no ha sido notificado
a las partes, ha determinado, tras cotejarlas, que ambas muestras, las de la
mano y las de la vaina del proyectil, pertenecen a dos individuos diferentes.
El letrado de López ha remitido un escrito al juzgado de
Instrucción 7 de Alicante donde pone de manifiesto "la relevancia" de
estos datos, reclama ese último informe de contraste y anuncia que solicitará
"en su momento" el "sobreseimiento libre" del proceso para
su cliente.
"Todavía no es el momento procesal oportuno para pedir
el archivo porque la instrucción no ha finalizado, pero estos datos, unidos a
otros que están incorporados en la causa, nos llevarán a solicitarlo en el
futuro", ha precisado Sánchez Vera.
María del Carmen Martínez fue asesinada de dos disparos a
bocajarro el pasado 9 de diciembre en el concesionario de coches Novocar, un
establecimiento de la familia Sala-Martínez ubicado en Alicante y que el propio
López dirigía.
El yerno de la fallecida fue detenido en febrero del año
siguiente por la policía como presunto autor material del crimen, aunque que se
encuentra en libertad provisional desde el 20 de marzo tras pagar 150.000 euros
de fianza.
Los investigadores sostienen que fue el propio López quien
presuntamente manipuló las balas utilizadas en el crimen para poder adaptarlas
a un arma corta que no ha sido localizada, aunque la defensa advierte de que el
resultado del examen de los restos hallados en una vaina contradice esta tesis.
Por su parte, fuentes de la fiscalía han restado importancia
a los informes sobre los restos de ADN, al considerar que la escena del crimen
pudo verse contaminada por varios empleados del concesionario y el personal
sanitario.