A tan solo unos centímetros del mar, mientras nos remojamos, cuando estamos tomando el sol o mientras estamos tumbados sobre la arena. En vacaciones utilizamos el móvil en espacios que no son muy seguros para estos dispositivos.
"Se me ha estropeado alguna vez porque se le metió arena", "El verano pasado me bañé con él porque estaba en la orilla y no recordaba que lo tenía guardado en el bolsillo", "Se me ha caído más de una vez en la arena", son algunas de las confesiones de los bañistas que encontramos en cualquier playa o piscina.
Las altas temperaturas, la humedad, la arena, porque esos granitos se cuelan por cualquier orificio como el altavoz o el micrófono, afectan a nuestros móviles. Buena parte de las averías se producen durante los meses de agosto y julio. Según un estudio publicado por el portal ´Portaltic', el 33% de las averías se registran en este periodo. "Lo que más arreglamos son pantallas y baterías por las altas temperaturas", nos explica un técnico informático.
Incluso les damos más golpes porque tenemos más horas de ocio y en nuestras vacaciones aumenta el tiempo que empleamos en hacer fotografías, muchas de ellas, en espacios acuáticos, donde el riesgo es aún mayor.
Los expertos nos recomiendan mantener los móviles en espacios a la sombra, siempre protegidos por fundas. Si es necesario utilizarlo, procure lavar correctamente sus manos con agua y jabón, especialmente, si se ha echado crema solar. Los componentes de este tipo de cremas pueden incrustarse en muchas piezas de los teléfonos y dañar el dispositivo.