Imágenes espeluznantes
Atropellos, disparos y un muerto: una pedida de mano acaba convirtiéndose en una batalla campal en Ribeira (A Coruña)
Los detalles Las dos familias llevaban tiempo enfrentadas y acabaron un bochornoso ajuste de cuentas en plena celebración. La escena se saldó con un muerto, tres heridos graves y seis detenidos.

Resumen IA supervisado
La celebración de una pedida de mano en Ribeiro, A Coruña, terminó en tragedia debido a una brutal pelea entre clanes familiares enfrentados. Lo que debía ser un día feliz se convirtió en un violento ajuste de cuentas, comenzando con empujones y puñetazos, y escalando rápidamente a golpes con palos. La situación se agravó cuando una furgoneta atropelló a un hombre, y un segundo coche chocó en el lugar. La policía, sobrepasada, disparó al aire para dispersar la multitud. La persecución de los vehículos fugados culminó en un peaje. El saldo fue un muerto, tres heridos graves y seis detenidos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Golpes, puñetazos, atropellos, disparos y un muerto. Así acabó el que tenía que haber sido uno de los días más felices de la vida de una pareja de Ribeiro (A Coruña) que celebraba la fiesta de su pedida de mano. Sin embargo, todo acabó en una brutal pelea entre clanes.
Las dos familias llevaban tiempo enfrentadas y acabaron un bochornoso ajuste de cuentas en plena celebración. Comenzaron a empujones, pronto empezaron los puñetazos y no tardaron en entrar en la escena los palos. Tras varios golpes en la cabeza, multitud de gritos y decenas de sillas y mesas destrozadas, la violencia fue un paso más allá.
De repente, una furgoneta irrumpió en la reyerta atropellando a un hombre que quedó tendido en el suelo. Mientras tanto, los miembros del otro clan empezaron a apalear el vehículo intentando agredir al conductor, que trató de recoger con poco éxito a un miembro de su familia que salió despedido al tratar de subir en marcha.
A los pocos segundos apareció un segundo coche a toda velocidad, chocando y perdiendo el control. Pese a las decenas de golpes que recibió, también consiguió escapar.
Mientras tanto, los agentes de policía, sobrepasados, tuvieron que dejar escapar a ambos vehículos, pero se vieron obligados a efectuar disparos de advertencia para disolver la reyerta.
Una vez solucionado el conflicto, las autoridades tenían otra misión: dar el alto a los vehículos que se habían fugado. Tras varios kilómetros de persecución, lograron interceptarles al llegar a un peaje.
La pelea se saldó con una persona fallecida, tres heridos graves y seis detenidos en una pedida de mano que pasó de ser la fiesta del amor a un festival de la violencia.