En Boadilla del Monte, en Madrid, tienen una ayuda extra para prevenir los incendios: las ovejas bombero. Cuentan con un rebaño de 600 ovejas que pasta por los cortafuegos de la localidad comiendo hierbas y monte bajo. Evitan así que el pasto crezca y que sirva de combustible a los incendios.

Esta forma de recuperar el pastoreo tradicional tiene sus beneficios. Gracias a estas trabajadoras rurales, en Boadilla han pasado de registrar 26 conatos de incendios en 2011 a ninguno el año pasado. Las ovejas comen durante todo el día y mientras se van desplazando por el terreno. Cubren así hasta 500 hectáreas de monte.

En los montes gallegos, los caballos salvajes también echan una mano en lucha contra el fuego. Limpian los caminos de maleza y plantas leñosas como el tojo y las retamas.  Los caballos llegan a lugares inaccesibles para los servicios de extinción, por eso, favorecer su pastoreo evitaría muchos esfuerzos en la lucha contra el fuego.