Faltan escasos días para que arranque el juicio de uno de los crímenes más mediáticos de los últimos años en Barcelona. El próximo lunesRosa Peral y su examante Albert López se sentarán en el banquillo acusados de asesinar a la pareja de ella, Pedro Rodríguez, también agente de la Guardia Urbana.
Según la Fiscalía, ellos se pusieron de acuerdo para asesinar, la madrugada del 2 de mayo de 2017, a la pareja de Rosa Peral en la casa que ésta compartía con la víctima.
El cadáver de Pedro, quien convivía con Rosa y las hijas de ésta en Cubelles, fue hallado en mayo de 2017calcinado dentro del maletero de su coche. Desde entonces el cruce de acusaciones entre los dos detenidos no cesó.
Peral declaró ante los Mossos que esa nocheAlbert López, su amante, apareció en la casa familiar poseído por los celos y, tras una discusión, Pedro desapareció sin dejar rastro. Una versión que López niega asegurando que su participación en el crimen fue secundaria y que se limitó a ayudar a su amante a deshacerse del cadáver.
Ahora, una nueva prueba hallada por los investigadores puede hacer tambalear la versión de Albert en el juicio. Según informa 'La Vanguardia', los agentes han descubierto que él adquirió un móvil de prepago diez días antes del asesinato y que solo lo utilizó la noche en la que se produjo el crimen.
La Fiscalía cree que la llamada que realizó con ese terminal apunta a que el asesinato sí fue premeditado entre ambos. La noche de los hechos Rosa realizó una llamada perdida a Albert y dos minutos después volvió a llamarle en una conversación que duró cuatro minutos. Después de eso, Albert le hizo una llamada perdida a Rosa desde ese número de prepago de nueva adquisición.
Esa llamada, cree la acusación, sería una señal que demostraría que el acusado estaba implicado en un plan premeditado para acabar con la vida de Pedro Rodríguez.
Esta nueva prueba ha sido descubierta después de que la compañía telefónica Lycamobile haya respondido a la petición que hizo el juez que investiga el crimen, con dos años de retraso. Además, la adquisición de ese móvil se enmarca en unas fechas que podrían cuadrar con la preparación del crimen: cuatro días antes de comprar esa línea, Albert le preguntó a un compañero de la Guardia Urbana cómo se desharía de un cadáver. Una pregunta que el agente respondió asegurando que lo quemaría dentro de un coche.
La acusación y la Fiscalía pedirán que esta nueva y reveladora prueba se incorpore al juicio en las cuestiones previas que se celebrarán el próximo lunes.