"Mi princesa ha extendido sus alas de ángel y ha ido a jugar con sus amigos y seres queridos. Ahora velará desde allí arriba por su hermano pequeño y por nosotros mismos hasta que un día volvamos a reunirnos de nuevo".

Esta niña de ojos grisáceos conmovió los corazones de todos los internautas cuando a principios de mes su padre compartió su historia. Lo hizo sin maquillajes, sin máscaras porque su objetivo era mostrar "la verdadera cara del cáncer". En una de las fotografías que Andy Whelan colgó en las redes sociales Jessica aparecía "retorcida de dolor".

Jessica en la cama junto a la de sus padres

"Esta es la verdadera cara del cáncer: los vasos sanguíneos que sobresalen de su piel, una lágrima solitaria corriendo por su mejilla, su cuerpo rígido y el rostro contraído por el dolor". Una imagen que captaba esos momentos en los que ni siquiera sus padres podían darle consuelo.

La pequeña Jessica en su habitación

Un consuelo que sí pudo regalarle en las últimas horas "me permitió tenerla en mis brazos, nos dimos un gran abrazo y le dije cuánto la amaba. Le dije que cerrase los ojos y que durmiese. La besé y finalmente dio su último aliento".

Este es el mensaje íntegro que ha compartido Andy Whelan para informar del fallecimiento de su hija:

"Me siento aliviado y triste por informar a todos ustedes que Jessica finalmente encontró la paz a las siete de esta mañana. Ya no sufre, ya no siente el dolor de las limitaciones físicas de su cuerpo. Ahora mi princesa ha extendido sus alas de ángel y ha ido a jugar con sus amigos y seres queridos. Ahora velará desde allí arriba por su pequeño hermano y por nosotros mismos hasta que un día nos volvamos a reunir de nuevo.

Anoche ella finalmente me permitió tenerla en mis brazos y nos dimos un gran abrazo. Le dije cuánto la amaba. Le dije que cerrase los ojos y que durmiese. La besé en la frente y en sus labios en numerosas ocasiones. Es lo que necesitaba para finalmente encontrar consuelo en su muerte. Ocho horas después de ese abrazo ella finalmente tomó su último aliento. Ella era una niña de papá, desde el principio e incluso hasta el final. Siento que una gran parte de mí ha sido arrancada, pero estoy contento de que yo pudiera darle ese consuelo en sus últimas horas. Ella murió en paz y con serenidad, sin ni siquiera un murmullo.

Gracias a todos y cada uno de ustedes que ha compartido y ha sido una parte de nuestro viaje. Ahora pido privacidad para nosotros y nuestra familia, para llorar la pérdida de nuestra hermosa princesa.

El corazón de un padre de la más increíble y hermosa chica".