Médicos sin Fronteras (MSF) ha anunciado que pone punto y final a las actividades del barco de rescate 'Aquarius', emblema de sus operaciones de salvamento marítimo durante la última crisis migratoria, tras denunciar una "campaña de desprestigio" procedente de varios estados europeos, con Italia a la cabeza.
"Este es un día oscuro", ha declarado la directora de MSF para Reino Unido, Vickie Hawkins. "Europa no solo ha fracasado a la hora de dedicar una fuerza de búsqueda y rescate, sino que también ha saboteado activamente los intentos de otros para salvar vidas", ha lamentado.
MSF ha denunciado en los últimos meses que los Gobiernos europeos han intentado limitar en la medida de lo posible las actividades del barco, en particular desde que Libia se convirtiera en "estado tapón" de la salida de inmigrantes.
MSF asegura que el Gobierno libio se comporta de manera extremadamente brutal con los inmigrantes y que sus guardacostas han llegado incluso a obligar a retroceder a sus barcos de salvamento.
"Este es el resultado de una campaña constante, encabezada por el Gobierno italiano y respaldada por otros estados europeos, para deslegitimar, calumniar y obstruir a las organizaciones de ayuda que brindan asistencia a las personas vulnerables", ha denunciado MSF en un comunicado.
Así, esta campaña, junto a las mal concebidas políticas externas mal de la UE sobre migración, ha socavado el derecho internacional y los principios humanitarios, según MSF, operadora del barco junto a la ONG SOS Mediterranée. "Sin una solución inmediata a estos ataques", ambas ONG "no tienen más remedio que poner fin a las operaciones del 'Aquarius".
"El final del 'Aquarius' significa más vidas perdidas en el mar; más muertes evitables que quedarán sin testigos ni sin registro". "Es un caso claro de 'ojos que no ven, corazón que no siente", ha lamentado.
En noviembre, los magistrados italianos acusaron a MSF de tirar ilegalmente residuos tóxicos en puertos del sur de Italia, entre enero de 2017 y mayo de 2018, y ordenaron la paralización del 'Aquarius'. La ONG negó cualquier delito y acusó a Italia de intentar criminalizar las misiones de búsqueda y rescate humanitarias.
La ONG recuerda que la suspensión de las actividades del barco, emblema de la labor de salvamento de MSF en el Mediterráneo, ocurre en un momento crítico. Se estima que 2.133 personas murieron en el Mediterráneo en 2018, la mayor parte de ellas salidas de Libia. "Los estados miembros europeos han alimentado el sufrimiento al permitir a los guardacostas libios interceptar a más de 14. 000 personas en el mar este año y devolverlas a Libia a la fuerza", lamenta la ONG.
El último período activo de búsqueda y rescate del barco terminó el 4 de octubre de 2018, cuando llegó al puerto de Marsella tras el rescate de 58 personas. La operadora SOS Mediterranée ha lamentado el fin de las actividades del barco, pero también ha valorado que el final de este tira y afloja sobre el navío les permitirá reanudar sus actividades.
"Renunciar al 'Aquarius' ha sido una decisión extremadamente difícil, pero permitirá a nuestros equipos reanudar las operaciones de búsqueda y rescate lo más rápido posible", ha declarado el director de operaciones de la ONG, Frédéric Penard. De hecho, la ONG asegura que ya está explorando opciones para un nuevo barco, "y está considerando seriamente todas las propuestas de los armadores que le permitan continuar su misión de rescate".
"Nos negamos a quedarnos sentados mientras las personas continúan muriendo en el mar. Mientras los seres humanos sigan intentando el cruce más peligroso del mundo, SOS Mediterranée cumplirá con su deber de asistencia respondiendo con urgencia y por todos los medios profesionales posibles", ha añadido. Junto con los barcos de búsqueda y rescate anteriores de MSF, 'Bourbon Argos', 'Dignity', 'Prudence' y 'Phoenix', MSF ha rescatado o ayudado a más de 80.000 personas en el Mar Mediterráneo desde 2015.