Los servicios de emergencia le llaman la cadena de supervivencia, la que funcionó perfectamente en la A-4 en Madrid después de que el conductor de una furgoneta parase para ayudar a un motorista que había pinchado y enseguida fue este quién tuvo que auxiliar a su auxiliador porque sufrió un infarto.
Un buen ejemplo de solidaridad y colaboración ciudadana del que Emergencias Madrid ha informado como muestra del buen funcionamiento de todos los eslabones de la cadena, desde la primera intervención del ciudadano de a pie hasta la llegada al hospital, con un final, al menos por el momento, esperanzador
Un motorista de unos 50 años pinchó a la altura del kilómetro 7 de la autovía de Andalucía y se apartó en el arcén derecho para señalizar la avería. En ese momento, el conductor de una furgoneta, también de unos 50 años, paró para ayudarle y entre los dos cargaron la moto en el otro vehículo para trasladarse al destino del motorista.
Cuando iniciaba la marcha, el conductor de la furgoneta sufrió un infarto y el motorista llamó al 112. Un operador de la central del Samur-Protección Civil le dirigió por teléfono y le ofreció las indicaciones pertinentes para intentar sacar la víctima de la parada cardiorrespiratoria en la que había entrado.
El motorista le fue realizando las correspondientes compresiones torácicas hasta la llegada de los sanitarios del Samur, que con maniobras avanzadas lograron sacarle de la parada y trasladarse al hospital 12 de Octubre, donde seguía ingresado en estado grave.
Según relató el motorista, gracias al curso de primeros auxilios que había recibido en su empresa pudo seguir mejor las indicaciones de los sanitarios. Emergencias Madrid subraya el ejemplo de colaboración ciudadana de este caso, donde la cadena de supervivencia o de la vida ha funcionado perfectamente.
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