Es la imagen de la desolación desde las alturas. El incendio de Encinedo, en León, está estabilizado dentro de un perímetro afectado que supera los 55 kilómetros de longitud.

Las llamas ya no salen de esa zona, unas 8.000 hectáreas entre las que quedan áreas sin calcinar. El problema es que las rachas de viento cambiante reavivan focos y el fuego sigue quemando sin control.

"Ha habido fuegos intencionados, pero como esto nunca, es un desastre total", explica un vecino de la zona. Los trabajos, por tierra y aire, se centran en realizar contrafuegos para asegurar el perímetro.

Continúa el nivel 2 de peligrosidad por cercanía a núcleos como Ambasaguas, donde a su entrada el fuego ha dejado una imagen desoladora. El humo se mantiene próximo a viviendas. "Me cuesta más respirar, mucho más", cuenta una vecina.

Por ello, la Junta ha recomendado que, en poblaciones como Santa Eulalia, los vecinos permanezcan en sus casas para evitarlo y que estén atentos: "Tenemos todo en el coche, la ropa, por si acaso nos dicen algo pues marchar".

Los vecinos de Trabazos, que habían sido evacuados, regresaron a sus casas. Un fuego voraz que durante cinco largos días ha destruido el paisaje de la sierra de La Cabrera. Se estima que aún tardarán varias jornadas en lograr el control definitivo del incendio.