Sin título y con medicamentes caducados

Labios de infarto sin control sanitario: intervenida una clínica estética en Coslada (Madrid)

Sí, pero laSexta ha podido comprobar que el centro sigue abierto y recibiendo nuevos clientes, a pesar de que a su dueña se la acusa de intrusismo profesional y contra la salud pública.

Material incautado en la clínica de Coslada (Madrid).
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Están acusados de operar sin titulación, con medicamentos caducados y sin control sanitario. La Policía Nacional ha intervenido una clínica estética de Coslada (Madrid) que publicitaba tratamientos con precios muy por debajo del mercado. Una intervención que, sin embargo, no ha hecho que el centro haya cerrado ni dejado de recibir clientes.

Labios de infarto, pieles perfectas y tratamientos rejuvenecedores. Es lo que vendía la clínica madrileña en sus redes sociales. No obstante, detrás de estos resultados de ensueño había otra realidad. "Tenían medicamentos caducados, no estaban en las condiciones adecuadas ni de conservación ni de nada, eran medicamentos que no estaban autorizados, ilegales", ha explicado a laSexta el inspector jefe de sección de la UDEV Central, Juan José Castro.

Las alarmas saltaron cuando la Policía recibió una llamada alertando de prácticas extrañas dentro de este centro. Fue en una habitación donde lo encontraron todo: productos escondidos y sin conservar. En concreto, estaban "en una maleta a altas temperaturas y detrás de un biombo separados. Sin ningún tipo de refrigeración ni nada". laSexta ha podido comprobar que el centro sigue funcionando con absoluta normalidad y recibiendo nuevos clientes.

Si bien la dueña ha explicado a los agentes que alquilaba una habitación a médicos de otros países para que realizaran allí sus servicios de estética, los investigadores no creen esta versión. De hecho, el inspector Castro asegura haber encontrado "indicios más que claros de que podía ser ella la que estaba haciendo este tipo de actividad". Además, han confirmado que no tenía conocimientos sobre el tema ni estaba colegiada. Ahora, se enfrenta a un posible delito de intrusismo profesional y contra la salud pública.