El cuerpo de Lucía presentaba pequeñas erosiones en la pierna izquierda y un hematoma en la cadera, otros tres hematomas superficiales en la pierna derecha una erosión en el glúteo y pequeñas heridas en los talones. También manchas de grasa en las manos, en las sandalias o en el vestido, por el contacto con las vías, según los forenses.

Pero según la autopsia, a la que ha tenido acceso el Diario Sur, no presentaba más lesiones en manos, cara o cuello. Salvo el intenso traumatismo en la cabeza, y que fue mortal justo donde se encontró su cuerpo, a 4,2 km de la estación de Pizarra.

Los análisis también descartaron signos de agresión sexual o ADN masculino en su cuerpo. La hora de la muerte la sitúan la hora de la muerte entre las 5 y las 7 de la mañana.

Hora que encaja con la declaración del maquinista que camino de Álora que recibió orden de reducir la velocidad al pasar por la estación de Pizarra. Relató a los agentes "cuando aún era noche cerrada, a unos tres kilómetro de la estación vi un bulto oscuro pegado a una curva ". En Álora le dijeron que buscaban a una niña. A la vuelta recordó el bulto y frenó de emergencia.

Allí estaba el cuerpo de la pequeña. Declaró a la Guardia Civil haber visto una furgoneta gris en la zona. Ahora, los agentes investigan ese vehículo y también un ruido extraño y la alarma de un coche que saltó a las cinco de la mañana en la casa de una vecina que vivía a sólo 300 metros de donde hallaron a Lucía.