La justicia va a investigar las condiciones de precariedad con las que los agentes de la Guardia Civil de Cádiz tuvieron que hacer frente a los narcos en Barbate el pasado mes de febrero. Una decisión que se toma el mismo día en el que los supervivientes de aquel ataque de los narcos han declarado ante la jueza.
En el ataque que se observa en las imágenes sobre estas líneas murieron asesinados dos agentes del Cuerpo. Por ello, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunció que tuvieron que enfrentarse a los narcos en una situación de absoluta inferioridad. Ahora, tres meses después aquejan que continúan con las mismas lanchas estropeadas, con los mismos recursos, sin personal suficiente y sin los medios necesarios. En definitiva, exactamente igual.
Javier Torrellas, portavoz de la AUGC Andalucía, se ha preguntado ante laSexta si en este tiempo "¿ha cambiado algo operativamente?". La respuesta es clara: "No, no ha cambiado nada". Para ellos esto sigue siendo la lucha de David contra Goliat. De hecho, las narcolanchas a las que se enfrentan de forma diaria pesan casi diez veces más, son el doble de grandes y el triple de potentes.
Tampoco hay agentes suficientes para perseguirlos y detenerlos. Además, aquellos que lo intentan cuentan con unas condiciones laborales que no son adecuadas para las actuaciones que practican. Torrellas asegura que "las plantillas de la Guardia Civil siguen siendo obsoletas". Incluso, asegura que "siguen iguales" sin ningún tipo de "aumento de plantillas". Por otro lado, Torrellas también critica la escasez de "los medios materiales", mientras afirma que "el servicio marítimo de la Guardia Civil sigue siendo precario".
A todo esto se le añade la pérdida de respeto a la autoridad que demuestran los narcos. Por eso tanto los propios guardias civiles como las diferentes asociaciones de familiares siguen viviendo con el corazón en un puño cada vez que hay una intervención. Una de estas asociaciones es la plataforma 'Nuestro corazón por bandera' cuya portavoz, Fuensanta Sánchez, asegura que "si ha pasado una vez puede volver a pasar". Y es que sostiene que "salen todos los días a trabajar sin los medios necesarios" lo que genera "un miedo diario".
Denuncian que las pocas medidas que se tomaron a raíz del asesinato fueron insuficientes y solo duraron unos días. Sánchez explica que "los primeros 15 días se creó un apoyo, sobre todo en Barbate, pero eso ya desapareció": "Ya no hay nada", sentencia. De esta manera, no pueden evitar temer que la muerte de sus compañeros, no sean las últimas.