La Policía Nacional ha identificado a un joven de 22 años como la persona que había subido a una red social varias fotos disfrazado de payaso siniestro en lugares emblemáticos de Gijón que habían generado "inquietud" entre la ciudadanía, lo que hizo que se abriera una investigación para averiguar su identidad.

La Policía señala que el joven no ha cometido ningún delito ni ha realizado ninguna conducta susceptible de ser sancionado al difundir sus fotos con mensajes enigmáticos entre el pasado 23 de octubre y hasta esta misma madrugada.

Así, la Policía determinó ayer la identidad del joven, que actualmente reside en el extranjero y que aseguró haber realizado las fotografías en distintos lugares de Gijón en la noche del 22 de octubre tras alquilar el disfraz en una tienda de la ciudad. El joven explicó que se trataba de una broma y que su único objetivo era divertirse con sus compañeros sin haber sido conscientes de la expectación y alarma que podría suscitar su actuación, según ha señalado la Policía.

Bajo el nombre de gijonclown y un perfil en que se podía leer: "¿Miedo a los payasos? Pero si somos de las personas más amistosas, simpáticas y amigables que existen. Nos encontraremos por la noche...", el pasado 23 de octubre comenzaron a aparecer fotografías del joven disfrazado en diversos puntos de Gijón, como el cerro de Santa Catalina o el parque de Isabel la Católica.

Las imágenes iban acompañados de texto como "¿Yo soy el payaso malo?", "Esto no ha hecho más que empezar", "¿Quién es el cazador? ¿Quién la presa?" o "Esta noche robaré tus sueños...", "La oscuridad está en nuestras almas ¿No crees?" u "Os estoy observando...".

En pocos días, y tras publicar fotos columpiándose, sujetando globos y bengalas o bajo una lluvia de confeti, gijonclown acumuló más de 12.000 seguidores en su cuenta de Instagram, algunos de los cuales amenazaban al payaso con ir a buscarlo para agredirlo.

Estos hechos se produjeron después de que varias personas disfrazadas de payasos y armadas sembraran el pánico en los últimos días en el norte de Francia, donde los vecinos de varias localidades denunciaron que distintos menores han sido acosados en las proximidades de centros escolares por esos misteriosos bufones.