Esta semana nos sobrecogía la imagen de un migrante que conseguía sortear la doble valla que separa Melilla de Marruecos con un parapente, un método pionero. Así como el caso de otros tres jóvenes que llegaron a España a bordo del timón de un barco.

Porque las personas migrantes asumen cada vez más riesgos, y el peligro para ellos aumenta. Como indica el portavoz de Amnistía Internacional en España, Ángel García, "la gente tiene necesidad de escapar", y esta necesidad hace que usen "los espacios mas insospechados".

Nicolás Castellano es periodista. En una entrevista con laSexta reflexiona sobre esta situación: "La frontera siempre nos sorprende. Parece que lo hemos visto todo, pero no", indica Castellano, quien es también autor del libro 'Me llamo Adou', en el que relató la historia del niño que llegó a España en una maleta.

"Me contó cómo lo metieron en la maleta, le quitaron casi toda la ropa y abrió un poco para seguir respirando... Pudo morir asfixiado", recuerda. En este sentido, el periodista alerta de que "no podemos quedarnos con la imagen y lo impactante". Lamenta que "hemos creado sistemas de movilidad que matan a la gente".

El portavoz de Amnistía Internacional en España avisa de que sería posible evitar estas situaciones a través de "rutas legales y seguras". Pero lamenta que Europa "se ha convertido en una fortaleza y toda la legislación trata de impedir que la gente llegue". Éste es el motivo de que las rutas se vayan desplazando y las personas migrantes cada vez asuman más riesgos.

La ruta canaria se ha convertido en una de las más mortíferas del mundo. Tan sólo en el mes de noviembre llegaron a España 600 personas a través de esta vía, jugándose la vida.