En los primeros días de noviembre, un hombre de edad avanzada se había personado en Comisaría denunciando haber sido víctima de un robo y una agresión por parte de dos jóvenes, al parecer magrebíes. Por otra parte y vinculado con el robo denunciado, un grupo de vecinos del barrio donde sucedieron los hechos, fueron convocados por uno de los arrestados, presuntamente el cabecilla del grupo para acudir en fecha y hora determinada mediante un audio en la red social WhatsApp con el fin de "vengar" la afrenta de a uno de sus vecinos.

"Enmascarados y armados con palos y armas blancas", presuntamente propinaron una brutal paliza a uno de los jóvenes que solía pernoctar en una guardería de la zona que se encontraba en construcción. Los investigadores consiguieron identificar a tres de los agresores, entre ellos el cabecilla, procediendo a su detención.

Las pesquisas comenzaron a primeros del presente mes cuando los investigadores tuvieron conocimiento de una brutal agresión, recibida por magrebíes que pernoctaban en una guardería en construcción de una zona de Jaén. Las víctimas, una vez identificadas, mostraron reticencias a los agentes para desvelar lo ocurrido la noche del día 1 de noviembre cuando se encontraban en una obra pernoctando, "presas de un gran miedo y desconfianza al tratarse de unos extranjeros".

Sin embargo, los investigadores lograron tranquilizarlos y que éstos les confiaran el relato de los hechos. La víctima junto a dos amigos solían pernoctar en una obra de un edificio que será destinado a la guardería de la zona, cuando presuntamente "fueron sorprendidos por más de 15 personas vestidas de negro, ocultando su rostro con máscaras y pasamontañas, con el fin de dificultar su posterior identificación y que al grito de 'fuera moros', supuestamente se ensañaron con la víctima, saliendo huyendo sus dos amigos".

Anteriormente, el grupo había sido convocado por uno de los arrestados, vía red social, que daba firmes instrucciones sobre cómo debían de ir, "vestidos con ropa oscura, rostro tapado y armados con palos y armas blancas para dar un escarmiento a los supuestos ladrones que, días antes, creían que habían robado y agredido al padre de uno de los detenidos, supuestamente con el solo fin de tomarse la justicia por su mano".

Los investigadores, una vez tuvieron conocimiento de los hechos, consiguieron identificar a las víctimas, "reacias a relatar los hechos". Sin embargo, los agentes policiales consiguieron su confianza y con su ayuda lograron identificar a los supuestos agresores con grandes dificultades en la investigación, deteniendo a tres de los integrantes incluido su cabecilla.