Paz Jiménez cata para laSexta dos aceites de oliva y nada más probarlos, da su veredicto: "Es un aceite limpio, es un virgen extra".

Un total de ocho catadores como ella han participado en el estudio de la OCU que asegura que la mitad de las marcas mienten con el etiquetado del virgen extra. Los productores han estallado.

"La OCU sólo ha querido destacar el único aspecto negativo que se refiere a una determinación subjetiva, el sabor y el olor", ha dicho Primitivo Fernández, director de ANIERAC-

Han tenido que ver sus nombres publicados, algunos como los mejores del mercado, según los catadores de la OCU y otros como los que, la OCU dice, engañan en la comercialización.

Las asociaciones de productores se quejan porque la diferencia entre un virgen extra y un virgen es sensorial. La marca la acidez del aceite, el virgen extra no superará nunca los 0,8 grados mientras el virgen puede llegar a 2.

La diferencia también la marca el olor y el sabor. El virgen extra será más intenso, afrutado y sin errores y el virgen podrá tener defectos.

Los propios catadores reconocen que hay muchos factores en juego. "Los aceites van cambiando, se van oxidando, se van deteriorando", explica Paz Jiménez

La OCU defiende su estudio y arremete contra los productores. "El estudio señala graves irregularidades en el etiquetado y los productores no quieren que esto se sepa. Desde la OCU cumplimos con nuestra obligación de informar de forma veraz", ha apuntado Enrique García, portavoz de la OCU.

Una guerra por el aceite de oliva que los productores, dicen, puede afectar directamente en el mercado internacional.