Emilio Carreño, exdirector de Red Sísmica, ha explicado en Más Vale Tarde que la nueva erupción fisural registrada en el volcán de La Palma se ha dado "en la mitad de la ladera del cono", lo que puede "poner en riesgo su estabilidad".

Tanto es así que podrían caer restos volcánicos "a una velocidad enorme", avanzando "agresivamente" hacia la población con piedras "más grandes y a mayor velocidad", prácticamente un "alud de restos volcánicos".

"Ha expulsado bombas auténticas", explica el sismólogo. Y es que el volcán de La Palma ha entrado en fase explosiva extrema en un día en el que "se ha abierto una nueva boca eruptiva en el flanco del cono activo", según ha señalado el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN).

Tras este fenómeno, la amplitud de la señal sísmica, el 'pulso' de la tierra, ha caído en picado. Esto significa que el suelo, que registraba una intensa actividad antes de la onda expansiva, se ha relajado. Antes, estaba registrando un crecimiento exponencial en esta actividad.