Según relata 'Oxygen', Charles Hopkins y Miranda Hicks han sido detenidos por encerrar a su hija discapacitada en una habitación durante dos años. La habitación contaba con una puerta de seguridad y la alimentaban a través de los barrotes que tenía.

Las ventanas estaban tapiadas para que nadie pudiera verla y tenía un retrete portátil que vaciaban cada cuatro o cinco días. La joven, de 18 años y con una enfermedad mental grave, dormía en un colchón manchado de excrementos y sangre menstrual.

Los padres han sido acusados de poner en peligro a su hija, de abuso de una persona con discapacidad por parte de un cuidador y de negligencia criminal. Sin embargo, al no tener antecedentes penales han sido puestos en libertad sin fianza.