El pasado mes de junio, Mikel González se sometió a una operación de desprendimiento de retina. Al día siguiente, perdió completamente la visión del ojo del que había sido intervenido.

"El médico me dijo que había perdido la vista y que era para siempre. Que era irreversible y que no había nada que hacer, ninguna posibilidad de recuperación", explica la víctima.

Como él, otros tres pacientes más han denunciado lo mismo en País Vasco. Todos se operaron en el Hospital de Donostia, en San Sebastian, en junio. Según los médicos, la causa sería uno de los medicamentos que se administró a los afectados en quirófano.

"El médico, en las revisiones, me dijo que todo era por un producto defectuoso, tóxico, que me había dañado el nervio óptico y la retina", relata Mikel. El fármaco en cuestión es un líquido habitual en este tipo de operaciones y, en este caso, fabricado por un laboratorio alemán.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) decidió retirar varos lotes ante la alerta dada por los propios médicos. "Es el propio médico quien informa al paciente de lo que ha sucedido y que, independientemente de la cirugía, origina un daño irreversible derivado de un defecto del producto", asevera el abogado Carlos Gómez Menchaca.

Este abogado calcula que, en total, serían cerca de 40 las personas afectadas en País Vasco, Andalucía, Canarias y Aragón. "Es un fármaco que ya era conocido porque en otros países, hace poco tiempo, había tenido alerta sanitaria y ese tipo de dificultades, de problemas", apostilla el abogado.

De momento, cuatro afectados han denunciado al Servicio Vasco de Salud y también al laboratorio que fabricó el producto. laSexta Noticias ha intentado ponerse en contacto con él, sin recibir respuesta. 
Por su parte, la Consejería Vasca y el Ministerio de Sanidad han abierto una investigación.