Por muchos mensajes que la Dirección General de Tráfico lance en contra del consumo de sustancias al volante, las cifras son alarmantes. En 2018, unas 751 personas murieron en la carretera: 535 conductores, 143 peatones y 73 acompañantes. El 43% de esos conductores habían consumido alcohol, drogas o psicofármacos.

El alcohol fue la sustancia más detectada con un 26,5%, cuatro puntos porcentuales menos que la cifra registrada en 2008. El fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, ha anunciado medidas contundentes para frenar estas infracciones.

Aunque los muertos en las carreteras por alcohol hayan descendido en los últimos diez años, los accidentados por drogas han aumentado hasta el 19,1% en la última década.

La memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología sobre la incidencia del consumo de alcohol, drogas y psicofármacos en las víctimas de tráfico recoge que el cannabis es la droga más consumida, un 59,8% mientras que la combinación alcohol-cocaína se ha registrado en un 39% de los casos.

Según estos datos, los hombres sufren más accidentes de tráfico por el consumo de alcohol, drogas o psicofármacos, mientras que las mujeres se quedan en un 5,6%.

Además, la franja de edad en la que más conductores fallecidos dan positivo en alcohol es entre 25 y 54 años.