Kevon Watkins tenía 16 años cuando estranguló a su hermana de 20 años, según publica el diario The Telegraph. En el testimonio ante el juez, Watkins, que ya alcanza la mayoría de edad, había estado jugando a la Xbox y cambió la contraseña del wifi de la vivienda familiar porque al compartir internet hacía que la conexión fuera más lenta.

El pequeño de la familia se lo comunicó a su madre que inmediatamente desenchufó el cable del router y lo llevó a su habitación. En ese momento, Watkins entró y comenzó a discutir con ella. Tal era la tensión en el cuarto, que por miedo a que la situación fuera a más, la hermana, Alexus Watkins, salió en defensa de su progenitora.

Los dos hermanos empezaron a pelearse en la cama y luego en el suelo. Cuando la Policía llegó a los 10 minutos, Kevon Watkins seguía estrangulando a su hermana. "Nunca tuve la intención de matarla", ha asegurado en el juicio. El joven ha sido condenado a cadena perpetua.