La violación se produjo en 2017 cuando el acusado se insinuó varias veces a la chica e incluso le ofreció dinero a cambio de un beso, proposición que ella rechazó, según la sentencia.

A pesar de ello, el procesado permaneció en el establecimiento hasta la hora del cierre y aprovechó cuando la mujer entró en la cocina para acompañar hasta la puerta al último cliente, momento en que cerró la puerta.

Al salir la joven de la cocina, el acusado se abalanzó sobre ella y le golpeó en la cara y aunque ella intentó defenderse fue objeto de una "brutal agresión" y fue violada mientras la amenazaba de muerte y después le obligó a entregarle la recaudación del bar.

Según la Sala, ha quedado muy claro la violenta actitud del procesado, que golpeó reiteradamente a la víctima.

Por todo ello, el Tribunal "teniendo en cuenta la brutalidad de la agresión" ha penado por separado los hechos y ha condenado al procesado por violación, lesiones y robo y se le prohíbe aproximarse a la víctima, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por la misma durante un total de 17 años en un radio no inferior a 500 metros.