Es una de las peores combinaciones en plena ola de calor: altas temperaturas y humedad en el ambiente. No se notan igual 30 grados en la sierra que 30 grados en la costa y eso que la temperatura es la misma. "En la playa hace mucha humedad y el calor lo tienes constante en el cuerpo", explica un hombre junto a un paseo marítimo.

Al añadir al calor una humedad que supera el 40%, la sensación térmica se dispara, incluso más de diez grados.

Cuando pasamos calor comenzamos a sudar, es el modo que tiene el cuerpo para enfriarse de manera natural. Sin embargo, la humedad en el ambiente evita que el sudor se vaporice y hace que se acumule en nuestra piel, en nuestra ropa, y que, en vez de refrescarnos, nos moleste.

En Matalascañas, Huelva, con máximas de hasta 32 grados y una humedad del 88% la sensación térmica puede ser hasta de 44 grados. "Es insoportable, llevamos varios días fatal", lamenta un vecino.

A partir de 29 grados y con una humedad elevada, nuestro cuerpo podría comenzar a sentirse mal.

"En sitios donde hay calor húmedo, cuando nos ponemos a la sombra seguimos teniendo el mismo calor y la misma humedad. Entonces, hay más riesgo de tener enfermedades por calor", explica Antonia Vázquez, jefa del servicio de Medicina Intensiva del hospital del Mar.

En este tipo de situaciones aumenta el estrés, el sudor, la deshidratación e incluso las bajadas de tensión. La costa de Huelva, de Alicante y Baleares está en alerta hasta el domingo por altas temperaturas.