Prometo, prometo...

Quizá Putin no es de fiar: la historia de mentiras, promesas incumplidas y engaños que ya nadie se cree

Los detalles Desde negar que invadiría Ucrania hasta romper treguas con Trump, pasando por prometer retirar tropas en Siria y negar cualquier disputa en Crimea, el historial de Putin demuestra que su palabra casi nunca se cumple y confiar en él es arriesgado.

Quizá Putin no es de fiar: la historia de mentiras, promesas incumplidas y engaños que ya nadie se cree

Hay un dicho ruso que lo dice todo: "Te di mi palabra, y como hombre, puedo retirarla". Y viendo su historial, parece que Vladímir Putin lo tiene muy presente. La realidad es que no es un líder de fiar, y los hechos lo demuestran una y otra vez.

Dos meses antes de atacar Ucrania, un periodista le preguntó directamente si planeaba invadir el país. Putin se indignó y calificó la pregunta de provocación. Mentía, y su gobierno le respaldaba. El Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró apenas un mes antes que "no golpearían ni invadirían Ucrania", y cuando los tanques rusos se preparaban en Bielorrusia, las autoridades insistieron en que solo eran maniobras militares.

En septiembre del año pasado, Putin declaró: "Estoy abierto a negociar la paz si Ucrania me lo pide". Hoy, 15 meses después, la guerra se ha intensificado. Aunque Donald Trump insiste en lograr la paz, Putin se niega a negociar en serio. Fue un farol, como cuando propuso una tregua por la Navidad ortodoxa, pero las bombas no dejaron de caer sobre Ucrania.

Incluso engañó a Trump. En marzo de este año, acordaron un alto el fuego limitado de 30 días, que solo protegía infraestructuras energéticas. Pero Putin incumplió la promesa en menos de 24 horas, enfadando al presidente estadounidense.

Un historial de mentiras

La lista es larga. Tras atacar Georgia en 2008, Putin aseguró en la televisión alemana que Ucrania no sería su próximo objetivo y que Crimea no estaba en disputa. La realidad: Rusia ya preparaba el ataque a Crimea. En 2015, dijo a la 'BBC' que Rusia no tenía planes de involucrarse en la guerra de Siria. Solo unos meses después, envió tropas que aún permanecen allí, pese a haber prometido retirarlas.

Y como colofón, Putin intenta justificar la guerra diciendo que Ucrania la inició y que Rusia solo se defendía. Pero la acumulación de mentiras, promesas rotas y engaños demuestra que con Putin, la palabra dada rara vez vale nada.

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