Abrir los colegios 11 meses al año y hasta 12 horas al día. Es la propuesta que lanzaba esta semana el PSOE en la Asamblea de Madrid para favorecer la conciliación de las familias. Una medida que, sin embargo, no convence a todos.

En concreto, según expuso el portavoz socialista ante la cámara, este "nuevo servicio público" permitiría a todos los niños de tres a 12 años de la región realizar actividades deportivas, culturales, creativas y de robótica y programación en las escuelas públicas madrileñas entre las 07:00 y las 19:00 horas, de lunes a viernes, del 1 de septiembre al 31 de julio.

Desde la Comunidad de Madrid, sin embargo, el vicepresidente y consejero de Educación, Enrique Ossorio, considera "excesiva" la propuesta. "El objeto de la educación es la enseñanza. La conciliación es muy importante pero no solo podemos dejarnos guiarnos por ella", argumentaba en declaraciones a 'Telemadrid', donde consideró que esta medida no sería "buena para los alumnos".

La propia presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, había anunciado previamente que su Ejecutivo estudiará la posibilidad de ampliar más días el curso escolar. En este contexto, Ossorio indicó en un primer momento que la propuesta socialista era "interesante porque va en esa dirección". "El problema es que no debemos perder la pista de que la función principal de los colegios es la enseñanza", advertía no obstante.

¿Es la solución?

Pero,¿qué opinan padres y profesores? Por el momento, los sindicatos ya han advertido de que se deben adoptar medidas en el ámbito del trabajo y no en los colegios. Así, desde UGT Madrid han expresado que, si bien están de acuerdo en avanzar en las políticas de conciliación, el fin de la escuela es "educativo, no de conciliación" y que esto se conseguiría con políticas empresariales "más comprometidas" e inversión.

"Las políticas de conciliación no deben estar en la escuela exclusivamente sino en los convenios de las empresas y en las condiciones de los empleadores públicos cuando se negocia con las administraciones", ha trasladado su secretaria de Enseñanza, Teresa Jusdado, que ha defendido que exista un "verdadero debate" con la comunidad educativa sobre la conveniencia de esta propuesta y que no se añada a los docentes "ni una responsabilidad más".

Por su parte, desde CCOO entienden que la propuesta hace referencia a un programa de apertura de los centros para actividades "atendidas por otros profesionales distintos a los profesores", aunque aún hay "muchas incógnitas". Su secretaria general de Enseñanza, Isabel Galvín, así se lo ha trasladado a Europa Press, incidiendo en que, además de abrir los colegios, se deben garantizar las infraestructuras necesarias y pensar "en quién abre y cierra, quién actúa de responsable de la actividad y de qué administración depende".

La organización sindical, en todo caso, cree que las soluciones a la conciliación deben buscarse en el ámbito laboral,ya que "son necesarias reducciones de jornada, permisos remunerados y ayudas para la crianza". "La mirada hay que ponerla ahí", ha recalcado Galvín, para quien "esta medida da cuenta de que al parecer no hemos avanzado lo necesario en esta materia".

"La solución no es adaptar los horarios escolares a los laborales"

Para Malasmadres, esta "no es la solución". "Conciliar no es alargar la jornada escolar de los niños y niñas de este país para que las madres (que mayoritariamente asumimos el cuidado) podamos trabajar de sol a sol", denuncia esta comunidad de madres, que advierte en las redes sociales de que "no se puede afrontar el problema de la conciliación sin exigir a las empresas horarios flexibles, sin ofrecer adaptaciones de jornadas o hacer frente a los cuidados desde todas las perspectivas".

"La solución no es adaptar los horarios escolares a los laborales y ya", sentencia Malasmadres sobre esta iniciativa. Su fundadora, Laura Baena, ha insistido en declaraciones a 'RTVE' en que "esto no es conciliar" ni "se puede vender como una medida de conciliación". A su juicio, "alargar los horarios escolares y adaptarlos a los horarios laborales no es el camino", sino que habría que trabajarlo justamente al revés y "revisar el sistema laboral".

Para Baena, medidas como estas en realidad no ayudan a las madres, sino a las empresas, "para evitar las jornadas reducidas y excedencias de las mujeres" de tal forma que "las madres ya no seamos un problema para la empresa y podamos trabajar". En su opinión, las familias no están representadas por este tipo de políticas, que envían un mensaje insostenible a las madres: "Tenéis que trabajar como si no cuidarais y tenéis que cuidar como si no trabajarais".