Días antes de su detención, Dani Alves mandaba un mensaje en un programa de televisión. "No sé quién es esa señorita; no sé su nombre, no la conozco. Simplemente coincidimos, pero de ahí a pasar a ese punto es demasiado", decía en 'Y Ahora Sonsoles'.

Es una de las tantas versiones que ha dado el futbolista de lo que pasó en la madrugada de 31 del diciembre de 2022. En total han sido cinco versiones. En la primera niega conocer a la víctima. Más tarde, asegura que coincidió con ella en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona, pero que no ocurrió nada, asegurando que fue un encuentro fortuito. Sin embargo, según las cámaras de seguridad estuvieron dentro del baño del reservado más de 15 minutos.

En su tercera versión cambia de nuevo el relato: da un giro completo y dice que la joven le practicó sexo oral. En la cuarta reconoce, por primera vez, que hubo relaciones sexuales con penetración, pero Alves cuenta que fueron consentidas. Explica que no lo confesó antes para proteger su matrimonio con Joana Sanz. "Yo tenía una obsesión que era proteger mi matrimonio, proteger a la mujer que amo", aseguró al tribunal.

En la quinta y última versión recurre al alcohol como atenuante, para alegar que no era consciente de sus actos. Sin embargo, la víctima siempre ha mantenido el mismo relato.

Según su versión, ella le pidió salir del baño, pero el futbolista se lo impidió. Asegura que Alves le obligó a hacerle una felación pero que ella se resistió. Fue entonces cuando, según la víctima, él la abofeteó y después, la violó. "Me puso contra el váter y me penetró de manera violenta", declaró. La joven está en tratamiento desde entonces por un trastorno de estrés postraumático.