El equipo de rescate, según el delegado del Gobierno, no tenía la total certeza de donde estaba Julen, aunque sabían que se había arrojado tierra al pozo por las declaraciones del pocero y el dueño de la finca.

Ellos tendrán que declarar ante la jueza y su testimonio serán fundamental. Podrían abrirse dos procedimientos: uno penal, que podría terminar en un homicidio por imprudencia; y otro administrativo, ya que el pozo no tenía ningún permiso.

Se investiga también cómo se originó el tapón. Durante el rescate se recogieron muestras de los cúmulos de tierra situados debajo y encima del pequeño. Trabajan con una hipótesis principal: "es tierra que cayó en la propia caída de Julen o incluso cuando alguien intentó ir a buscarle", explica Manu Marlasca, jefe de Investigación de laSexta Noticias

Debajo de Julen estaban acumulados unos 30 metros de escombros que podrían proceder del propio pozo para ahorrarse un contenedor.

En la zona continúan retirando maquinaria y garantizando la estabilidad del terreno. Los pozos están tapados provisionalmente hasta que la jueza decida si se sellan definitivamente.