Las estafas se llevaban a cabo a través de empresas que no tenían actividad alguna y que realizaban pedidos de productos alimenticios, como carnes, bebidas o pescado. Para pagarlos utilizaban cheques sin fondos y luego los vendían a precios muy atractivos en Gran Canaria.

Las pesquisas comenzaron cuando una empresa ubicada en Jaén estafó casi 20.000 euros en productos alimenticios. Los agentes pudieron comprobar que en periodos anteriores, esta empresa ya habría introducido en la isla de Gran Canaria más mercancías desde provincias diferentes.

Tras contactar en la Península con las sociedades que habían vendido la mercancía, los policías constataron cómo habían sufrido el impago, al haberles entregado talones bancarios sin fondo. Conforme avanzaba la investigación se pudo comprobar que los detenidos elegían empresas que tuvieran contratado un seguro que les cubriera la operación en caso de impago, siendo las aseguradoras las grandes perjudicadas.

Respecto a las formas de pago, o bien las establecían con talones sin fondo o simplemente llegados los vencimientos, no se realizaban las transferencias acordadas, dando diferentes excusas hasta dejar de contestar las llamadas y/o correos.

Cuando la empresa que cometía el impago veía rechazadas las operaciones de compras por las aseguradoras, entendían que éstas se encontraban 'quemadas o agotadas', por lo que para continuar con la estafa, creaban nuevas empresas.

Para ello, utilizaban nuevas personas que figuraban como administradores únicos, llegando a utilizar hasta ocho empresas para cometer el fraude. Se da la circunstancia de que llegaron a defraudar a una misma empresa en más de una ocasión, utilizando para ello diferentes mercantiles de las que iban creando.

La mercancía consistía mayormente en productos alimenticios, como pescado, cárnicos o envasados, los cuales antes de tener a su disposición la mercancía, ya habían localizado futuros compradores, lo cual les permitía deshacerse rápidamente de la misma. Los vendían en Gran Canaria a diferentes establecimientos o empresas a precios atractivos. Todo ello le aportó a la organización desmantelada más de 470.000 euros.