Cada año, hasta 12 millones de toneladas de basura van a parar a los mares y océanos del planeta. De estos residuos, entre un 60% y un 80% son plásticos.

Para reducir la cantidad de plásticos que consumimos, la Unión Europea ha prohibido los plásticos de un solo uso para el año 2021.Pero las instituciones no son las únicas que trabajan para evitar el uso de grandes cantidades de plásticos que además acaban en nuestras aguas. En este sentido, algunas empresas dedicadas a la moda han comenzado a producir a partir de material reciclado.

No sólo usan plásticos provenientes del mar para fabricar sus prendas o complementos, sino que además se ocupan y promueven la limpieza de los mares, la recolecta de las basuras que los inundan y proporcionan a los residuos su debido tratamiento de reciclaje.

Gafas con redes de pesca

Sea2See hace gafas con redes de pesca y cabos, desechos que tardan 600 años en descomponerse y que recogen del mar. Estos contienen poliamida, un "producto dañino para el medio ambiente marino y mortífero para la fauna y que tarda mucho en desintegrarse", explica François Van den Abeele, fundador del proyecto. Conoce el mar, fue bróker, y además se dice "sensible a la naturaleza y al mar".

"La moda es uno de los sectores más contaminantes", cuenta François, que dice que un día se fijó en que "el mundo de la óptica utiliza casi siempre plásticos no sostenibles". Así comenzó Sea2See: colocaron contenedores de reciclaje en 30 puertos españoles. Antes, los pescadores "echaban estos residuos al contenedor de voluminosos y no seguía ningún proceso de reciclaje", argumenta François.

"La moda es uno de los sectores más contaminantes"

Los residuos se llevan a una planta donde se separan por tipo de plástico, por color… Después se reciclan y se forman los pellets (pequeñas piezas de plástico). Y es con ese material con el que se fabrica el producto final. Este proceso es más costoso y François reconoce que "la solución fácil sería usar plástico virgen", pero considera que "ya hay suficiente materia prima en el Planeta, si se recicla correctamente".

La empresa trabaja también en un proyecto piloto en Francia. Toda la basura que recogen allí los pescadores se traslada a un centro donde personas que viven en riesgo de exclusión social trabajan separando los residuos antes de llevarlos a reciclar.

Además del valor añadido que le dan a sus gafas el que estén hechas de materiales reciclados, François asegura que "la gente se siente parte del cambio" cuando las llevan y "pueden contar la historia que hay detrás".

Crear ropa a partir de botellas de plástico

Por su parte, Ecoalf crea prendas de ropa con botellas de plástico que recogen del mar. Para una chaqueta emplean 70 y para unas zapatillas, cuatro. En 2015 la empresa logró recoger casi 300 toneladas de residuos del mar, colaborando con Ecoembes en el proyecto 'Upcycling the Oceans'.

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En España están presentes en 37 puertos y cuentan con la ayuda de 2.500 pescadores. Ellos son parte fundamental del proceso: "Sacan la basura del fondo, donde se encuentra el 80% de la que hay en el mar", explica Mónica Oliart, de Ecoalf.

La intención es que sean ellos, los pescadores, los que durante su jornada de trabajo recojan la basura que se encuentren mientras pescan: "Son los que más sufren y los más conscientes del problema, así que lo hacen de corazón", explica Oliart, que además reconoce que, de esta manera, Ecoalf no necesita de disponer de barcos propios y "se evita la doble huella". Este mismo proceso se ha replicado en Tailandia, donde lleva funcionando ya dos años.

Con los pellets se crea el hilo que posteriormente se utiliza en la producción de los tejidos. Desde la empresa inciden: "El hilo reciclado que usamos es de muy buena calidad". Con estas prendas ponen su granito de arena y contribuyen a crear moda sostenible.

Los microplásticos se cuelan a nuestra cadena alimentaria

El principal problema es que las botellas, las bolsas, los filtros de cigarros, las redes de pesca y otras basuras que acaban en el mar se van fragmentando poco a poco, reduciendo su tamaño y convirtiéndose en los denominados microplásticos (de menos de 5 milímetros).

Cientos de tortugas marinas mueren cada año enredadas en basura

A consecuencia, un total de 800 especies de aves marinas, peces, moluscos y cetáceos mueren o ingieren estos plásticos ocasionándoles graves problemas de salud. Finalmente, estos microplásticos acaban en nuestra cadena alimentaria, afectando también a nuestro organismo.