Ana Enjamio murió de 28 puñaladas el 16 de diciembre de 2016 tras la cena de navidad de su empresa, una compañía auxiliar de Citröen en O Porriño, Vigo. El presunto asesino fue César Adrio, un compañero de trabajo con el que mantuvo una corta relación.

El calvario de la joven comenzó cuando, tras seis meses de relación, Ana dejó a César. Nunca más viviría tranquila: su expareja la perseguía por las calles y le exigía explicaciones de todos sus movimientos, incluso le pedía explicaciones cuando salía de fiesta con amigas.

La obsesión era tal que llegó a instalarle en su móvil una aplicación para controlar todas sus llamadas de teléfono. El día del asesinato era viernes y ambos coincidieron en la cena de Navidad de la empresa en la que trabajaban, en un hotel de Vigo.

A pesar de que se sentaban en mesas diferentes, César no dejó de lanzarle miradas e incluso le envió mensajes. Durante la fiesta posterior, el acusado se acercó a ella pero recibió una negativa por respuesta.

La joven salió fuera del hotel con dos chicas y un chico, todos compañeros de trabajo. El grupo estaba dando un paseo por la calle y César les siguió a escondidas. Tras darse cuenta de que estaba siendo perseguida de nuevo, Ana le pidió que se marchase.

La insistencia de César no cesó. Su obsesión era extrema. Al finalizar la fiesta una compañera de Ana la llevó hasta su casa, precisamente allí estaba esperando César, quién se había desplazado antes.

Cuando la joven estaba entrando por el portal de su casa, César la abordó por sorpresa. Sacó una navaja de su bolsillo y la acorraló en el fondo del portal. Ella le pidió que se marchara pero él la acuchilló salvajemente en el cuello y el pecho. Le asestó hasta 28 puñaladas hasta matarla. César Adrio fue detenido dos días después del escabroso crimen machista y desde entonces ha permanecido en prisión provisional.

César Adrio niega ser el asesino de Ana

En el juicio, que ha arrancado este lunes, el acusado ha negado cualquier implicación en el crimen y ha declarado que después de la fiesta se fue a casa y no pasó por la calle donde vivía Ana.

Interrogado por la fiscal, ha asegurado que tras la cena fue a casa de sus padres. "Piqué algo, me metí en cama y como no era capaz de dormir, me levanté, me duché y me fui a Vilagarcia a ver a mis hijos", ha dicho.

Sí ha reconocido que dejó una nota de despedida, porque esa noche intentó suicidarse. "Decía: 'Ana, perdóname. Te quería tanto. No lo pude soportar'", ha dicho. Preguntado acerca de por qué le decía eso en su nota, ha asegurado que era para que Ana le perdonase por suicidarse.