Crisis en la ultraderecha
El WhatsApp que demuestra que Abascal intentó provocar la disolución de Revuelta "cuanto antes": "Y después nos tomamos los cafés que quieras"
Los detalles El presidente de Vox le reconoció al líder de Revuelta, Jaime Hernández, que había ordenado a la secretaria general adjunta del partido, Montserrat Lluís, resolver en su nombre la crisis provocada por las presuntas irregularidades de Revuelta al quedarse dinero recaudado para los afectados por la DANA.

Resumen IA supervisado
Santiago Abascal y la cúpula de Vox se implicaron en resolver la crisis por presuntas irregularidades en la financiación de Revuelta, la organización juvenil del partido. En septiembre, Abascal contactó a Jaime Hernández, líder de Revuelta, para abordar las tensiones. Abascal había encargado a Ignacio Garriga resolver el conflicto, y Hernández pidió una reunión para aclarar la situación. Aunque Abascal instó a Hernández a seguir las instrucciones de Montserrat Lluís, secretaria general adjunta, para solucionar el problema, Hernández no tomó medidas respecto a las cuentas de Revuelta, lo que provocó el enfado de Abascal.
* Resumen supervisado por periodistas.
Toda la cúpula de Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, se implicó en intentar solucionar la crisis generada por las presuntas irregularidades en la financiación de Revuelta, la organización juvenil del partido. El pasado 19 de septiembre, seis meses después de que su asesor Kiko Méndez-Monasterio hablase con los líderes de las juventudes de la ultraderecha y dos meses y medio después de la denuncia presentada por Vox por irregularidades contables, el propio presidente de la formación se puso en contacto con el líder de Revuelta, Jaime Hernández, según ha desvelado el diario 'El Mundo'.
Durante las primeras semanas del curso político, el máximo responsable del partido de extrema derecha ordenó a su secretaria general adjunta, Montserrat Lluís, que tratase de atajar el conflicto con Revuelta forzando a sus dirigentes a disolver la asociación para volver a la normalidad. Un intento que queda probado en los WhatsApps que el propio Abascal intercambió con el presidente de Revuelta, Jaime Hernández.
En la conversación, el presidente de Vox le reveló a Hernández que fue él mismo quién le encomendó a Ignacio Garriga la tarea de resolver el conflicto "cuanto antes" y, además, le dio órdenes sobre "la manera de hacerlo", que era sin "preocupación por cuestiones relativas a fidelidades". "Y después nos tomamos los cafés que quieras", añadió Abascal.
Al conocer que Abascal estaba detrás de la mediación de Garriga, Hernández, que hasta entonces era uno de los hombres de máxima confianza del líder de Vox, le envió un mensaje el 19 de septiembre pidiéndole reunirse para tratar de atajar de primera mano las tensiones entre el partido y sus 'cachorros'.
"Buenos días, Santi. Ha pasado un tiempo desde que no hablamos y no quiero que la situación se descontrole más. Como sabes, he hablado este tiempo con Enrique (Cabanas, Vicesecretario Nacional de Presidencia de Vox) y ya estamos aclarando la contabilidad de Revuelta", iniciaba el mensaje de Hernández a Abascal.
"Aun así, si pudiéramos vernos para un café rápido, me gustaría sólo, como hice por teléfono, contarte mi versión, poder aclarar todo y seguir sumando", añadió el líder de Revuelta, dejando claro que había existido al menos una conversación previa entre ambos sobre esta crisis. "Yo reitero que nunca he querido ser infiel al proyecto que desde chaval he seguido. Siento de verdad si me he proyectado como un enemigo", concluyó el líder de la asociación juvenil.
El mensaje de Jaime Hernández se envió a las 9:29 de la mañana, y no fue hasta 12 horas más tarde, a las 21:43, cuando Abascal le respondió. "Buenas noches Jaime, como bien sabes, hay un tema de resolver. Ignacio (Garriga) y yo le hemos encargado a Montse que lo resuelva contigo, y la manera de hacerlo. Te pido que atiendas a lo que te diga Montse y que se solucione eso cuanto antes. Y después nos tomamos los cafés que quieras. Respecto a lo demás ninguna preocupación por cuestiones relativas a fidelidades. Un abrazo Jaime", contestó el presidente de Vox, dejando claro que Hernández no debía preocuparse por su alejamiento de los postulados de la cúpula del partido y que había sido él mismo quien había indicado a Lluís que se debía certificar mediante una auditoría que no existiesen irregularidades en la financiación de Revuelta.
El enfado de Abascal por la desobediencia de Revuelta
Tras esta conversación, Jaime Hernández no tomó ninguna medida respecto a las cuentas de Revuelta, lo que provocó el enfado y la indignación de Abascal, tal y como desveló Montserrat Lluís al secretario general de Revuelta, Pablo González Gasca.
"Yo el sábado por la noche, cuando publicasteis un tuit de que preparabais una sorpresa para el día de la Hispanidad, le escribí (a Hernández) para que ver si me podía decir de qué se trataba, porque Santiago estaba inquieto", aseveró la secretaria general adjunta de Vox.
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