El arzobispo de la ciudad australiana de Adelaida, Philip Wilson, comparece ante la justicia por presuntamente encubrir un caso de pederastia en la década de 1970, tras determinarse que está en condiciones de hacerlo. Wilson es el miembro de la iglesia católica de mayor jerarquía en el mundo acusado por un delito de encubrimiento de abusos sexuales de menores.

Al arzobispo se le acusa de no informar de los abusos cometidos por el fallecido sacerdote James Fletcher contra un niño de diez años en la región de Hunter Valley, cerca de Newcastle, en 1971, cuando tuvo conocimiento de ellos.

Wilson viajó hoy hacia Newcastle para comparecer ante el juez justo después de que el tribunal local determinara en base a un informe médico que el prelado está en condiciones de prestar declaración, según la agencia local AAP.

La defensa había argumentado que el arzobispo de 67 años, quien lleva un marcapasos y se le diagnosticó recientemente Alzheimer, no estaba en condiciones de comparecer ante el juez porque la enfermedad impactaba en sus "funciones cognitivas".

Wilson, arzobispo de Adelaida desde 2001 e imputado en 2015, supo presuntamente de los abusos de Fletcher cuando era sacerdote en Maitland-Newcastle, en el estado de Nueva Gales del Sur, y compartía vivienda con el cura pederasta, asignado a la misma diócesis.

Según la acusación, el arzobispo vio como el niño de diez años entraba y salía en la habitación de Fletcher, donde fue abusado sexualmente, pero no lo denunció por su afán de proteger a la iglesia católica, indicó el canal 9 de la televisión local.

Wilson, que se enfrenta a una condena de dos años de prisión, fue acusado tras una vasta investigación policial que destapó varios casos de encubrimiento de antiguos y actuales clérigos de la diócesis de Maitland-Newcastle.

La iglesia Católica, con fuerte presencia en Australia, recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos a menores cometidos por unos 1.880 miembros de esta institución, sobre todo hermanos y sacerdotes, entre 1980 y 2015, aunque algunos casos se remontan a la década de 1920. A principios de año, varios arzobispos australianos admitieron que la respuesta de la iglesia Católica del país ante los casos de pederastia fue equivocada y lindó con la "negligencia criminal".