Hace justo un año desaparecía el pequeño Gabriel, con su sonrisa imborrable. El "pescaíto" de Patricia y Ángel, sus padres, se había esfumado sin dejar rastro tras comer en casa de su abuela, en Las Hornachuelas, Almería.

Comenzó así la búsqueda del pequeño: once días de seguimiento e investigación policial que atraparon al país entero. La hipótesis que se barajaba era que alguien se lo había llevado. La sociedad se volcó en arropar a los padres y familiares, que vivían los días más angustiosos de sus vidas.

Más de 1.500 guardias civiles, bomberos e incluso GEO y 2.000 voluntarios rastrearon palmo a palmo la zona donde había desaparecido. La pareja del padre, Ana Julia Quezada, se encontraba entre ellos. Consolaba al padre y hablaba sobre el pequeño ante las cámaras. Nadie imaginaba que detrás de sus falsas lágrimas se encontraba la asesina del pequeño desaparecido.

La aparición de la camiseta de Gabriel en una depuradora cerca de Las Negras, cerca de la zona dónde había desaparecido reavivó las esperanzas del equipo de rescate por encontrar al menor.

La Policía sospechaba de que el autor de la desaparición era alguien cercano a Gabriel. La investigación policial concluyó con el arresto de Ana Julia Quezada, cuando trasladaba el cadáver del pequeño en el maletero de su vehículo ante la sospecha de que estaba siendo vigilada por la Policía.

Estaba todo grabado por los agentes que la seguían. "No querían un pez, les voy a dar un pez por mis cojones", decía la asesina. El fiscal pidió prisión permanente revisable por el asesinato con alevosía, con el agravante de parentesco y por las lesiones psíquicas causadas.

La defensa alegó que Ana Julia Quezada mató a Gabriel tras una discusión sin pretenderlo, se asustó y ocultó su crimen. Por el hecho de haber confesado, les llevó a solicitar tres años de prisión por homicidio imprudente.

El caso de Gabriel fue objeto de una cobertura mediática como nunca se había visto. Los medios de comunicación llenaros sus informativos de imágenes de Gabriel durante semanas y el seguimiento de una investigación policial sin precedentes se respiraba en el minuto a minuto informativo.

Un año después, y con Ana Julia Quezada en la cárcel, el país recuerda la imagen del "pescaíto", víctima de un crimen que conmocionó a España, pero que permanecerá en la memoria de los que asistimos a su trágico adiós.