Los abrazos han desaparecido en gran parte de la sociedad tras la llegada del COVID-19 a nuestras vidas. Evitamos saludar o despedirnos de nuestros familiares y amigos con un abrazo por el miedo a contagiarnos. Sin embargo, expertos han explicado que es posible abrazar durante la pandemia, siempre y cuando se haga de forma segura.

De esta forma, tal y como recoge el 'New York Times', puedes abrazar a alguien con la mirada en direcciones opuestas. Sin embargo, no debe hacerse ni cara a cara, ni con las mejillas juntas mirando en la misma dirección por el riesgo que esto supone.

"Abrazar frente a frente es la posición de mayor riesgo porque las caras están muy juntas", ha indicado Linsey Marr, una de las principales expertas mundiales en enfermedades transmitidas por el aire, al medio neoroykino.

En este sentido, la científica ha advertido de que "cuando la persona más baja mira hacia arriba, su aliento exhalado, debido a su calor y flotabilidad, viaja a la zona de respiración de la persona más alta" y que "si la persona más alta está mirando hacia abajo, existe la posibilidad de que las respiraciones exhaladas e inhaladas se mezclen".

Los abrazos, con mascarilla y al aire libre

Además, Marr ha destacado la importancia de cumplir con estas normas a la hora de abrazar a alguien: en primer lugar, se debe llevar puesta la mascarilla; además, el abrazo es recomendable que se produzca al aire libre y tratando de evitar el cuerpo o la ropa de la otra persona con la cara o la mascarilla. Además, si la otra persona está tosiendo o tiene síntomas del COVID-19, mejor evita ese abrazo.

También es importante lavarse las manos después y cabe destacar que, a pesar de que se trate de un abrazo emotivo o que llevabas mucho tiempo esperando, hay que intentar no llorar porque las lágrimas y el goteo nasal incrementan el riesgo de entrar en contacto con más fluidos que contienen el virus.

En lo referente a los niños, los expertos afirman que está permitido que abracen alrededor de las rodillas o la cintura de adultos porque los rostros están bastante separados y, por tanto, el riesgo de contagio es bajo, aunque se recomienda lavarse las manos después y que el adulto lleve la mascarilla puesta durante el abrazo.

Linsey Marr ha señalado, por último, que "el riesgo de exposición durante un breve abrazo puede ser sorprendentemente bajo, incluso aunque se abrace a una persona que no se sabía que estaba infectada". La científica llegó a esta conclusión basándose en modelos matemáticos de un estudio de Hong Kong que muestran cómo viajan los virus respiratorios durante el contacto cercano.

Por su parte, Julia Marcus, epidemióloga de enfermedades infecciosas, ha manifestado que el abrazo debe ser breve ya que "el riesgo de transmisión aumenta con un contacto más prolongado".

Los beneficios de los abrazos

Los expertos también destacan los beneficios de los abrazos. Y es que el afecto físico reduce el estrés y calma nuestro sistema nervioso simpático, tal y como ha afirmado el científico Johannes Eichstaedt.

"Los humanos tienen vías cerebrales que están específicamente dedicadas a detectar el contacto afectivo", ha explicado, al tiempo que ha indicado que el "contacto afectivo es la forma en que nuestros sistemas biológicos entienden que estamos seguros, que somos amados, y que no estamos solos".