La buena fe de una víctima de un ataque con ácido le ha hecho perder definitivamente la confianza en la reinserción del hombre que la agredió.

Adele Bellis fue rociada con ácido en 2014, un ataque le destrozó parte de la cabeza y le hizo perder una oreja. El hombre que la agredió lo hizo por orden del exnovio de ella y fue condenado a cuatro años de cárcel. Ya en prisión, Jason Harrison escribió a Adele una carta de arrepentimiento, explicando que necesitaba el dinero que su exnovio le ofrecía para saldar una deuda por drogas de casi 12.000 euros.

En ese momento, Bellis creyó que Harrison también era una víctima y, aunque no le perdonara por lo que hizo, estaba dispuesta a visitarle en la cárcel ayudarle para que saliera adelante.

Sin embargo, el agresor ha decidido ahora dar marcha atrás y asegura que todo el contenido de la carta era mentira. La respuesta de la joven a esta burla es demoledora: "Él saldrá en marzo, y podrá seguir con su vida, mientras que yo me he quedado sin oreja y la mitad de la cabeza sin pelo. Es realmente molesto".