Los vecinos de la madrileña localidad de San Fernando de Henares, afectados en sus viviendas por las obras de la línea 7B del Metro, han paralizado este jueves las obras de consolidación del terreno, afirmando que son perjudiciales y reclamando que la Comunidad de Madrid los realoje.

"¡O obras, o vecinos!", es el lema que han coreado los damnificados por una infraestructura que ha provocado la demolición de numerosas viviendas y daños en multitud de otras.

Los vecinos reclaman una solución y realojo después de que tuvieran que ser desalojados preventivamente por la aparición de grietas en sus edificios. En Más Vale Tarde, una de las vecinas afectadas, Nines, habló del drama que está suponiendo en su vivienda. "Me han hecho una chapuza poniendo silicona en las grietas", dice, aseverando que no quiere volver a su hogar.

Los vecinos sostienen que en las obras están inyectando hormigón para tratar de consolidar el terreno, pero que llevan mucho tiempo y quieren que les den otro alojamiento por parte de la Comunidad de Madrid, ya que las operaciones están siendo infructuosas.

Una ampliación del Metro ruinosa

La ampliación del Metro con la línea 7b hacia las localidades de Coslada y San Fernando de Henares, al este de la capital, fue inaugurada en 2007, y ha tenido que ser intervenida en varias ocasiones, con cortes parciales o totales.

Las obras se han debido a daños ocasionados por la composición geológica del terreno en el que fue construida, que tiene una gran cantidad de aguas en el subsuelo que han debilitado la infraestructura del suburbano y las estructuras de más de 600 viviendas, además de espacios y edificios públicos.

"El Metro nos ha arruinado la vida a todo el pueblo", ha indicado un vecino del último bloque afectado por el suburbano, en el número 8 de la plaza de la Fuente del Trébol.

Son ya 100 familias las que han tenido que abandonar sus viviendas, algunas de ellas ya derruidas por daños arquitectónicos insalvables, mientras crece el miedo de los residentes en los bloques colindantes de ser los próximos afectados.

Los últimos 52 vecinos desalojados han tenido que pasar la noche del martes fuera de sus viviendas, algunos en apartahoteles y hostales facilitados por la Comunidad de Madrid y otros con familiares, y aunque los técnicos de la Dirección General de Infraestructuras de la Consejería de Transportes e Infraestructuras han concluido este miércoles que pueden regresar a sus casas por no tener daños estructurales, tienen "pánico" de volver.